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30 September 2012

Retazos Suizos de la Abu Tita



Ya llegó y ya partió Abu Tita ( así le dicen casi todos los nietos a mi mamá, Elenita) . Los diez días que pasó con nosotros en Suiza volaron, lo que siempre ocurre cuando uno está entretenido y dispuesto a aprovechar al máximo cada minuto. Que tiranas son las agujas del reloj!
Sin embargo, con pedacitos de muchos rincones suizos armamos un tapiz de recuerdos, retazos que dejo aquí, a la vista.

Uno traído de Lauterbrunnen, sus pueblitos de cuentos arriba, en la montaña, y abajo, en el valle, y el Jungfrau (Top of Europe), su glaciar imponente y helado, aún a fines de verano.






Retazo que tejimos en menos de 6 horas, paseando en auto, cablecarril, tren y a pié.

Un picnic en alguna colina de Raten, y un paseo por tantos senderos alrededor de Gottschalkenberg. Otro retazo para sumar a la manta de recuerdos.



Appenzell, aquel pueblito inolvidable por que parece salido de un cuento de duendes, en una región muy parecida a la de Heidi y a pocos kilómetros de St Gallen.
 




Catedral de St Gallen


De Solothurn nos trajimos el recuerdo de la caminata por sus calles barrocas entre murallas, su catedral imponente, de blanco impecable contra el cielo celeste. Tambien el almuerzo en uno de los tantos restaurants sobre la orilla del río, las vidrieras decoradas para encantar a cualquiera, aquella juguetería abarrotada que nos retuvo una hora, las placitas, las flores. 






En este tapiz no podía faltar el recuerdo de Luzern, esta ciudad que atrapa, que es linda en cualquier estación, que merece ser caminada por horas y horas...  



El tapiz guarda memorias de otro rinconcito suizo, aquel llamado Rapperswil. Un domingo divertido como pocos, entre amigos, animales de todo tipo y rematado por el atardecer en una ciudad de ensueño









Hay retazos que jamás podrán ser olvidados, aquellos con amigos, de familia, aquellos domésticos y los más divertidos, aunque a algunos se los vamos a compartir!
Abu leyó miles de cuentos

Abu hizo panqueques


Y se tiró del trampolín!

09 September 2012

De Raten a St. Jost

Domingo de Septiembre, de impecable cielo celeste y 26 grados.


Raten era una buena opción para aprovechar uno de los últimos fines de semana del verano por que tiene un restaurant lindísimo a 1077 metros de altura, y para las chicas, un parque de juegos muy bueno, con una casita que evoca la de Heidi, tirolesa, laberinto, hamacas y cuerdas para trepar.  Todo esto rodeado de campos verdes, bosques y con una vista divina del valle del Aegeri.


Clari en el playground del restaurant

Restaurant Raten desde el sendero que conduce a St.Jost



Vista desde la terraza del restaurant Raten

Campos de los alrededores del restaurant

Después de dos horas de juego contínuo, cambiamos de programa: a caminar por una senda entre árboles, quizás con una pequeña curva escarpada, pero que en general requiere poco esfuerzo. La caminata fue entretenida para las chicas por que a lo largo del recorrido hay esculturas de animales y juegos que ponen a prueba los sentidos.Veinte minutos mas tarde llegamos a un claro en el bosque llamado St. Jost, algo mas elevado que el punto de partida. Ofrece descanso, espacio para hacer picnic o fuego, juegos infantiles, una capillita diminuta y un simple parador donde comer algo rápido. Desde allí varios senderos permiten continuar la caminata para un lado o para el otro. Nosotros volvimos por donde vinimos por que las chicas estaban ansiosas por el premio prometido por papá: deliciosos helados servidos en la terraza del restaurant Raten.






St. Jost