Translate

Translate

16 September 2013

Graechen y Zermatt ( Valais)

Veinte minutos separan una localidad de la otra. En dos valles vecinos, dos pequeños pueblos que se convienten en centros de ski en invierno, pero en verano engalanan sus balcones, jardines y rincones para atraer a turistas de variado perfil.

Graechen es un pequeño pueblo situado a 1619 metros sobre el nivel del mar en el cantón del Valais, en el suroeste suizo. Un rincón arriba de la montaña que ofrece parques de juegos y muchas opciones para familias. Ya se sabe: " Chicos felices, padres felices: descanso asegurado" .
El pueblo entero está decorado con flores y detalles que lo hacen de postal.




















Subiendo en góndola hasta Hannigalp se alcanzan los 2114 metros. Ahí arriba, donde en invierno hay esquiadores, en verano hay niños jugando y trepando en un playground nuevísimo.



Se puede bajar de la misma manera que se sube, o bien a pie, a través del bosque, por un sendero bastante escarpado.

Poco mas de una hora mas tarde se llega a un pequeño lago, reducto de pescadores ("Esto no es un lago, Ma. Esto es un charco grande", según Clari -sic-) .



Y algo más abajo aún, el Robi Spielplatz: mas juegos infantiles de todo tipo en el medio del bosque.


Como en cada valle, para mediados de Septiembre vuelven vacas y ovejas de la montaña. Los pastores las bajan al pueblo, las premian con flores, las pasean alrededor de la plaza y las llevan al establo donde se guardarán hasta la próxima primavera. Todo el pueblo celebra esta fecha con música, cerveza y salchichas asadas ( la clásica Wurst) .



Zermatt es un centro de ski mundialmente conocido, uno de los mas renombrados de Europa. No está más alto que Graechen, pero su ubicación es privilegiada: está a los pies del Matterhorn ( la montaña de 4478 metros dibujada en el envoltorio del chocolate Toblerone) , y de otros picos. Por eso puede ofrecer la posibilidad de esquiar todo el año, además de escalar y hacer senderismo. Si el día acompaña, se puede acceder a todos estos cerros a pie, en bici o en otro tren panorámico. No era el caso: la lluvia nos acompañó todo el día paseo por las calles de este lugar precioso, que, como el pueblo vecino, rebalsaba de geranios de todos los colores. Es muy lindo pasear por sus callecitas de piedra, visitar el cementerio, el parque que está detrás del museo Matterhorn y mirar el río que pasa por el medio.
Si bien es pequeño ( tan solo tiene 5000 habitantes) es tan importante la afluencia de turistas que hay hoteles y restaurants por doquier, para todos los gustos y presupuestos.






No se puede acceder en auto: al llegar a Taesch hay que estacionar y tomar un tren nuevísimo y de ventanas muy grandes, para que nada del paisaje deje de ser visto. No es largo el recorrido, tan solo 15 minutos.



Para llegar a este lado de Suiza, desde Zug, es necesario algo más de tres horas de auto. El paso por el Grimselpass a más de 2100 metros es realmente sobrecogedor: el lago Grimselsee a un lado, más allá el lago Raeterichsbodensee, las cumbres ahí nomás de la mano, algo de nieve ... y para abajo, curvas y curvas que se confunden con algunas nubes bajas.





Luego de tantas vueltas en bajada, el camino concluye en un bosque bien verde. A los lados de la ruta aparecen pueblitos diminutos, que conservan casas y graneros de madera y piedra, imposible saber desde hace cuánto tiempo...



Una escapada de fin de semana inolvidable.