Al paseo lo interrumpimos con un rico almuerzo en un restaurant típico de la zona: Wirschaft Freimann. Se trata de una granja que ha pertenecido a la familia Freimann por 14 generaciones y que aun se mantiene en la casa hecha de madera en su inicios, en 1557 ( si bien ha sido agrandada años atras). Hoy es considerada Monumento Cultural. La mayor parte de los productos que se utilizan en la cocina son producidos en la granja.
El restaurant por dentro es muy bonito. Fuera, ofrece mesas debajo de los árboles, al lado de juegos infantiles, perritos sueltos, alguna gallina y el verde de alrededor.
Después de almorzar, a trepar juegos de cuerdas y a tomar algo de sol.
Lamentablemente, el efecto del antifebril acabó, pero quienes pudieron aprovechar el resto del día lo hicieron hasta bien tarde.
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