Pero tambien en este barrio se encuentra el Museo de Arte moderno (Mudam) , contenido por el Fort Thungen del 1733, ambos restaurados en 1990. Es muy linda la fusión entre ambos edificios ya que se integra perfectamente lo antiguo del Fuerte con con lo transparente y moderno del museo.
Pero este respeto por lo antiguo y lo moderno es lo que me impresionó en toda esta ciudad, que nació en el 900 con la construcción del castillo de la Ville de Luxembourg, de Sigifredo I de Ardenne, y al que luego se le agregaron muros para protegerlo. Sobre esta vieja construcción fue creciendo la población, mientras distintas conquistas iban pasándolo de mano en mano ( austríacos, alemanes, españoles, franceses, holandeses) y agregándole más murallas. Y pensar que todo esto se hizo sin las grúas y equipos que hoy existen!
Hoy día los vestigios de esas construcciones permanecen completamente integradas a una ciudad que fue creciendo en distintos niveles. En ciertos puntos conté 6 "escalones" sobre los que se han construido los distintos barrios. Por eso, si uno se sitúa al borde de cualquiera de estas murallas verá muchos metros mas abajo los ríos Alzette y Petrusse.
Sus respectivos valles se cruzan por el viejo viaducto de 24 arcadas (1859).
Un tiempo mas tarde se erigió el Puente de piedra Adolphe (1900).
Mas moderno, pero no menos impresionante, el puente Grand Duchesse Charlotte une el barrio Kirchberg con el centro.
Al centro se accede por la Avenue de la Porte Neuve, una avenida que conduce directamente a las peatonales anchas, adornadas con flores y con muy buenas tiendas.
En este barrio, ademas, vale la pena conocer el muy sencillo Palacio del Gran Duque ( al ser una monarquia constitucional, el poder ejecutivo recae en el Gran Duque. El poder legislativo esta en manos del Parlamento) y la Cámara de Diputados lindante.
La Catedral de Notre Dame, la Plaza de las Armas (con sus restaurants al aire libre), la plazoleta Fischmarket, el Palacio de Justicia y el Edificio del Correo.
Luego de esta vuelta, conviene asomarse a la explanada que se encuentra frente al Casino, una especie de balcón sobre el valle de la Petrusse. Desde allí se puede apreciar lo increible del puente Adolphe y del Viaducto, asi como tambien el reloj que esta en la torre del Banco de Inversiones Europeo, en Plaza Metz.
Antes de cruzar hacia el barrio Gare, mas comercial y con la estación de trenes en su extremo, recomiendo recorrer el enorme parque municipal, super verde, florido y con el playground mas completo que hemos visto hasta ahora.
Despues de tres dias en los que las chicas y yo recorrimos esta ciudad asombrosa ( Fer prometió volver ya que trabajó de sol a sol y pudo apreciar una parte muy pequeña de ella) , emprendimos el regreso a casa. De yapa, nos dimos el lujo de volver a ver el camino de Alsacia y Lorraine, dos regiones francesas bien pintorescas que está en plena cosecha de trigo y viñedos absolutamente verdes.
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