Nos hubiera encantado conocer el de Strasbourg, famoso y antiquísimo ( ésta es su edición nro 446) , o el de Stuttgart, pero ambos estan localizados a casi tres horas de viaje, por lo que los dejamos para otra oportunidad.
Optamos por comenzar la ronda navideña yendo al de Konstanz, del lado alemán. Cierta fracción está montado en la orilla misma del lago Bodensee. La otra, en la Markstatte, la antigua plaza de la ciudad vieja.
Los puestos simulan pequeñas cabañas con techo de paja, adornados con distintas imágenes iluminadas. A lo largo del recorrido, pinitos decorados, puestos de comida, Gluhwine (el clasico vino caliente) y muuucha gente. Tanta que circular por algunas esquinas se complica, acceder a la ciudad en auto lleva el doble que cualquier otro dia y estacionar es cuestión de suerte. Aun así, es un programa muy pintoresco que vale la pena hacer.
Qué comprar? Encontramos caro todo lo referente a abrigo (guantes, bufandas, gorros), al igual que todo lo delicioso, como chocolates y postres. Sin embargo, los stands que ofrecen accesorios para la casa ofrecen muy lindas cosas a buenos precios.
Será cuestión de recorrer mas mercados bonitos, al menos con la excusa de comparar!
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